domingo, noviembre 27, 2011
Toma Pan y Circo
¿Eres de los que tenía muy claro que quería dedicarse a la interpretación o fue una decisión fruto de la casualidad?
Yo tenía clarísimo desde pequeño que quería ser actor, y de hecho empecé en el colegio a hacer todo tipo de tonterías. Con nueve años hice una obra de teatro en el colegio que se llamaba La Pitanza de los hermanos Álvarez Quintero, así que ya se veía lo claro que lo tenía.
Tengo entendido que tu familia está muy ligada al mundo de la comunicación…
Sí, mi padre es periodista, en mi casa todo el mundo trabaja en el medio, mi tío fue Decano en la Facultad de Ciencias de la Información de la Complutense. Lo he mamado desde chico, de hecho, he trabajado en Andalucía Directo como reportero.
Empezaste en el teatro, cómo fue la primera vez que te pusiste delante del público.
La primera vez que me puse delante del público estaba muerto de miedo, muy tenso y tieso como un palo, pero una vez acabé, la sensación fue muy gratificante.
Decidiste entonces que eso era lo tuyo….
No me cupo ninguna duda.
¿Te imaginas haciendo otra cosa que no sea la interpretación?
Mi profesión es el mundo de la interpretación, pero no es lo más importante del mundo, y no pasa nada por cambiar de oficio o cambiar de profesión. No soy de los que piensan que si no pudiese ser actor mi vida no sería vida. La verdad es que trabajo para vivir y no vivo para trabajar.
Te has dedicado a la televisión, cine, teatro, ¿qué medio es el que más te gusta, con cuál te sientes más cómodo?
No tengo ninguna preferencia, aunque al actor lo que más le gusta es hacer teatro porque tienes la cercanía del público, un feedback continuo y testando continuamente si al público le gusta lo que estás haciendo. Existe una energía real entre el público y el actor y, por supuesto, es mucho más arriesgado. Pero yo no tengo preferencias porque considero que cada medio tiene su código y lo que tienes que hacer es adaptarte.
El teatro es donde más tiempo tienes que prepararte el personaje y más disfrutas haciéndolo, porque en el teatro el actor es el que tiene la última palabra. En el cine y la televisión, no. Yo puedo prepararme el personaje de un autor, me pongo a rodar y luego el director monta como él considere.
¿De los papeles que has interpretado hasta ahora en cuál te sientes más cómodo?Hay uno al que le tengo especial cariño, que fue el de Yago de Otelo. Primero porque Yago es el personaje de toda la literatura shakesperiana que más texto tiene, para el que Shakespeare más escribió. Además, porque coincidió que lo hice con el Centro Andaluz de Teatro, el CAT, y el sueño de todos los que estudiábamos arte dramático era acabar protagonizando un espectáculo del CAT, eso fue para mi muy importante. Por otro lado, aunque yo ya había hecho giras con anterioridad, con este espectáculo tuvimos muy buenas críticas en Madrid. Y también tengo que señalar que tuve a la mejor de las críticas, mi madre, que fue ver el espectáculo y al acabar me dijo “yo no he visto a mi hijo”, y que ella no hubiese visto a su hijo, Antonio Garrido, sino a Yago, fue el mejor de los halagos.
Has sido presentador del programa Identity. ¿Sientes que te alejabas de tu faceta de actor?
No, yo siempre digo que dentro la profesión de actor la de presentador es una faceta más. A un arquitecto nadie le pregunta “¿usted es arquitecto de catedrales, de hoteles o de pisos adosados?”. Pues a los actores nos preguntan lo mismo, dentro de la profesión de actor también está la de presentar. Y en concreto Identity. Grabábamos dos programas seguidos, y cada programa duraba unas cuatro horas, así que eso suponía unas ocho horas encima de ese escenario intentado divertir a los 300 espectadores que asistían al plató. Para mi era un ejercicio diario de improvisación.
¿Qué proyectos tienes en estos momentos en cartera?
Se estrena en diciembre La chispa de la vida, una película de Álex de la Iglesia con Salma Hayek y José Mota. Ha sido un rodaje en el que me lo he pasado muy bien, aprendí mucho con Salma y con Álex, que creo que es un de los mejores realizadores que hay ahora mismo.
También acabo de terminar de rodar una película con Maribel Verdú que se llama Fin y que dirige Jorge Torregrosa. Y la tercera
temporada de Los protegidos.
¿Habrá una cuarta temporada?
Sí, y una quinta también.
Teniendo en cuenta los ritmos de trabajo que tenéis los actores ¿Cómo haces para mantener una vida saludable? ¿Cómo te mantienes en forma?
De diversas maneras, por ejemplo entre semana no bebo nada de alcohol, aunque en fin de semana sí, la cerveza y el tapeo me encantan. Ahora tengo menos tiempo, pero normalmente suelo sacar dos o tres días para ir al gimnasio. Y huyo de los catering de los rodajes, son tentaciones continuas, la bollería y demás, así que en lugar de un bollo me como una manzana.
¿Dónde crees que está el límite entre cuidarse bien y hacerlo de manera obsesiva?
Tiene que ponérselo uno mismo. Yo de hecho tuve una época en la que iba todos los días al gimnasio y hacía todas las mañanas cuarenta minutos de aerobic en ayunas para adelgazar.
¿Y eso?
Te contaré por qué. Un día en el metro iba una chica hablando con la otra, y oí que decían “¿has visto Identity? No me suena. Sí, el programa que presenta el chaval ese gordito…” me quedé de piedra. En aquella época tenía más tiempo porque el programa lo grabábamos por las tardes así que todas las mañanas me levantaba a las ocho y media y me iba al gimnasio. Estuve a ese ritmo dos años. Ahora ya no es así, me gusta jugar al baloncesto con mis amigos, procuro mantenerme en movimiento.
¿Cómo cuidas tu alimentación?
Soy partidario de la dieta mediterránea y en mi casa siempre hemos comido mucha verdura, es con lo que he crecido. Así que tampoco tengo la sensación de que cuido mi alimentación, sino que como lo que me gusta y con lo que me he criado. Además, por la noche procuro no cenar demasiado, ni probar la bollería, ni cosas de estas. Y bebo mucha agua.
¿Cómo combates el estrés de la profesión de actor?
Utilizo cualquier excusa para escaparme a Sevilla donde tengo a mi familia. Pero no siempre puedo. Aunque también es cierto que a mí la profesión no me estresa demasiado, porque me encanta mi trabajo. A ver, sí hay momentos en los que estás muy estresado, con estrenos, sesiones, estudiar nuevos guiones, etc. Pero si eso sucede, lo combato con la música, y es que yo toco la batería. Llego a casa, me pongo a tocar la batería electrónica y me olvido de todo.
Todos te conocemos por tus personajes, pero qué hay del Antonio Garrido como persona. ¿Cuál crees que es el rasgo que mejor te define te define?
Creo que soy buena persona, muy normal. Procuro ir de buen rollo porque lo que proyectas es lo que recibes. Buena gente.
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