"No hagas tuya la opinión de los medios"


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Wyoming: "Asistí a presiones del Gobierno cuando trabajaba en Telecinco"

José Miguel Monzón Navarro, más conocido como Wyoming, ha dedicado toda su vida profesional a programas de sátira, principalmente sobre las debilidades del poder político español. Pese a haberlo hecho en televisiones privadas, Wyoming reconoce haber sufrido "presiones" por el Gobierno de turno: "yo he asistido a presión cuando trabajaba en Telecinco. La presión del Gobierno era tremenda. A mi me lo decían cuando comíamos con los jefes: "jo, esto es insoportable". Es decir, que si la televisión privada no trabaja a tu servicio también te la puedes cargar. Al final todo es un discurso monocorde".

Estas declaraciones, recogidas por PRnoticias, las hace al hilo del anuncio del decreto ley con el que el Gobierno pretende elegir, en solitario y sin acuerdo parlamentario, al nuevo presidente de RTVE. Wyoming cree que se trata de "un atentado a la libertad de expresión y una regresión hacia un campo que no debería existir. La ciudadanía no debería consentirlo porque la televisión pública la pagamos nosotros, no es patrimonio de ellos", sentencia.

Sobre la línea editorial de LaSexta tras su fusión con Antena 3, Wyoming opina que "ojalá" no haya cambios significativos porque, reconoce, "a mi me va el trabajo en ello".



Bill Keller, exdirector de 'NYT': "En el diseño de la «guerra contra el terror» los medios fueron una columna de esta estrategia"

El diario Gara ha tenido la ocasión de entrevistar al exdirector del periódico estadounidense 'The New York Times'. Bill Keller trabaja actualmente como periodista en esta cabecera y fue máximo responsable de la misma entre julio de 2003 y septiembre de 2011. Durante este periodo de tiempo los medios de comunicación han tenido que depositar su atención en 3 importantes acontecimiento: la Guerra de EE.UU con Irak, las filtraciones de Wikileaks y las tensas relaciones entre EE.UU e Irán.

Usted ha venido advirtiendo sobre los peligros de las nuevas dinastías digitales, el peligro de poner las noticias en manos de, por ejemplo, Google. A su vez, es famosa su frase: «Los diarios en papel serán dinosaurios, pero los dinosaurios anduvieron millones de años en este mundo». La integración del papel en lo digital genera resistencia sicológica y cultural, pero también licencia para experimentar. ¿Cree que vivimos en la mejor época para hacer periodismo y en la peor para los periódicos?
En primer lugar, creo que el periodismo de calidad -incluido el periodismo que es difícil, costoso y a veces peligroso- va a sobrevivir. Los lectores lo quieren, lo esperan, lo necesitan. Y donde hay una fuerte demanda, el mercado tiende a proporcionar un suministro. Es cierto que la industria de las noticias está pasando por una transición brutal, que comenzó incluso antes que Internet. Por lo menos durante 20 años las agencias de información estadounidenses han estado reduciendo sus corresponsalías extranjeras, para ahorrar dinero, y porque algunos editores (y no, por supuesto, en «The New York Times») creen que sus lectores no están tan interesados en las noticias internacionales. Se ha producido un descenso en la cobertura agresiva, de investigación, de los gobiernos locales en muchas partes del país. Muchos periódicos se han cerrado o se han reducido. Pero también se puede ver el comienzo de un renacimiento en el periodismo. El futuro, creo, será una mezcla de supervivientes y de nuevas empresas.

Los supervivientes son las agencias de noticias estabilizadas que se adaptan a las nuevas audiencias y a las nuevas tecnologías. El cambio más grande en el NYT durante mis ocho años como director fue el de convertirnos en una especie de laboratorio, abierto a nuevas formas de elaboración y venta de periodismo. La gente que solía decir: «nosotros no hacemos las cosas de esa manera», ahora son más propensos a decir «vamos a intentar algo nuevo». Bloomberg News y Thompson Reuters son otras dos agencias que se están expandiendo y adaptando. Por lo tanto, los supervivientes se van a plantear nuevas formas de atraer al público y de generar ingresos.

También habrá nuevas empresas organizadas y financiadas de otras formas. Por ejemplo, ProPublica, una compañía de periodismo de investigación muy exitosa que es sostenida por importantes donantes filantrópicos y que, a menudo, colabora con otras agencias de noticias. «The Texas Tribune», una agencia online que cubre el estado de Texas (y tiene un consorcio con el NYT). Algunos medios que comenzaron como agregadores de contenidos -recopilando el trabajo de otros- han empezado ya a invertir en periodismo original, a contratar periodistas. «The Huffington Post» es un buen ejemplo de ello.

En cuanto a las «dinastías digitales» que mencionan, creo que las grandes máquinas de agregar contenidos cumplen una función valiosa al alimentar la innovación y ampliar las audiencias. Mis dudas acerca de ellas son de dos tipos: Primero, la agregación de los contenidos de otros no es un sustitutivo del periodismo informativo sobre el terreno. Y segundo, una cosa es guiar a los lectores hacia la labor de los buenos periodistas y otra muy distinta es hacer extractos o resumenes del trabajo de otros tan repetida y extensamente que los lectores no tengan ninguna razón para ir al medio original y así ayudar a pagar por el trabajo.

Realmente creo que la muerte de los periódicos se ha exagerado -la palabra «periódico» que yo uso incluye formatos que no son de papel-. Todavía hay un mercado para la impresión. Pero puedo imaginar un día, dentro de algunos años, en el que la impresión ya no tenga el sentido de la viabilidad económica. El periodismo, sin embargo, continuará.

Periódicos del tamaño de «The New York Times» compiten con medios que, con apenas medio centenar de profesionales, son capaces de atraer más tráfico web y de generar más ingresos. Pero, a su vez, NYT compite con medios como «The Guardian» para llegar a ser el primer periódico global. En esa doble competición, ¿cómo aspiran a ser líderes?
En cierto sentido, competimos con todo el mundo -para copar la atención, para atraer la publicidad, para aumentar la audiencia-. Competimos con los dominios en la web de celebridades, con YouTube, contra los dominios de opinión, e incluso de juegos. Pero tenemos una marca fuerte. Hasta ahora, todas las distracciones y alternativas en la red no han dañado nuestra audiencia, o nuestros ingresos.

En cuanto a «The Guardian» y a otros medios serios, de hecho ya hay varios periódicos globales, de todo el mundo y para todo el mundo. No es una cosa que dé miedo. Es algo bueno.

Habla de la importancia de la marca, pero cada vez son más importantes las firmas, los periodistas-marca...
La idea del «periodista-marca» no es nueva, ya ocurría con Walter Cronkite y ocurre ahora, por ejemplo en España con Iñaki Gabilondo [que participó junto a Keller en Gutun Zuria]. Son marcas a las que la gente sigue y les creen como personas. Pero también son parte de instituciones periodísticas.
Ahora tú puedes crear tu propia marca, por ti mismo, y eso no es malo. Pero crea tentaciones, como utilizar un lenguaje más duro, como decir ciertas cosas aunque no sean muy precisas, porque eso genera más tráfico, para lograr hacer crecer tu audiencia.

Existe un valor en tener detrás un periódico, un programa, un editor. Creo que es bueno tener un editor que te diga «¿es eso lo que quieres decir?», «¿qué hay de esto?», tener alguien que lo haga antes de que lances tus noticias y tus opiniones al mundo. En NYT hay muchas firmas que son marcas individuales: Tom Friedman, David Carr... Pero todavía existe un valor real en lo que contribuye el propio periódico. Los editores no son solo gente que te reta, también te defienden cuando estás en problemas. Una institución puede protegerte en esas situaciones críticas y darte fuerza para que hagas tu trabajo. Quizá no esté de moda, quizá esa figura no exista en unos pocos años, pero creo que en el periodismo el trabajo colectivo, hacerlo en un entorno institucional, tiene un valor real.

Algunos creen que los medios de comunicación han perdido la capacidad de fijar agenda. Sin este papel y una gran parte de ellos en manos de grandes corporaciones, ¿cuál es la relación entre los medios y el poder? ¿Quién controla a quién?

Creo que los medios de comunicación siguen desempeñando un papel importante en la definición y determinación de la agenda -me refiero a la configuración de la conversación pública-. La diferencia es que los medios de comunicación son tan constantes y los lapsos de atención tan cortos, que a veces uno siente que tiene una nueva agenda cada hora.

Creo que el problema con la propiedad de las empresas y corporaciones, principalmente se produce cuando cualquier corporación de la comunicación tiene monopolio. Sin competencia, los periódicos (o cualquier otro recolector y difusor de noticias) se vuelven perezosos y, a veces, crece la corrupción. En la actualidad, hay por lo menos dos cosas que van en contra del abuso de poder por parte de cualquier empresa comunicativa. Una de ellas es el verdadero compromiso con la integridad periodística. Por ejemplo, cuando Rupert Murdoch compró «The Wall Street Journal», había preocupación de que lo utilizara para propagar historias y noticias sesgadas y proteger sus propios intereses. Sin embargo, ese diario ha hecho un buen trabajo cubriendo el escándalo de las escuchas telefónicas en el imperio de Murdoch. La otra salvaguarda contra el abuso es que, gracias a internet, toda agencia de noticias, no importa lo grande y poderosa que sea, vive en un vacío. Nadamos en un mar de críticas y verificadores de los hechos.

¿Cambia en algo el oficio del periodista en el medio impreso o en internet?
Sí, la dinámica de escribir en internet es diferente. Primeramente porque en el papel tienes un plazo cada veinticuatro horas y cuando escribes en un blog o en un medio social el plazo es ahora, y el siguiente ahora, y así sucesivamente. El apetito es inmediato. Eso puede ser una buena cosa, el medio digital es fresco, espontáneo, no filtrado, pero también implica que es superficial, imprudente.

Una de las cosas más positivas de internet es que puede ser una máquina autocorrectora. Si NYT escribe algo y los hechos son incorrectos, la respuesta es inmediata. Todo el mundo es un verificador de los hechos, y eso es algo bueno. Pero si crees que internet va a protegerte, si crees que cuando te equivocas te va a corregir, creo que eso es irresponsable en relación a la precisión y a la verdad. Tomarte tu tiempo en hacer algo bien tiene su valor.

Internet no es ni solo bueno ni solo malo. Internet te invita a dar tu opinión, hacerlo es parte de mi trabajo, y está bien, pero si todo lo que recibes de internet es una lucha de opiniones, se convierte más en un entretenimiento y menos en una búsqueda de la verdad.

Durante el tiempo en el que fui director nos convertimos en más experimentales, más interactivos... pero pienso que no puedes ver las nuevas tecnologías como una religión.

Algo que me preocupa es que como consumidor de noticias online puedes hacer tu propio menú, hacer tu propio periódico, y es muy fácil hacerlo solo con gente que piensa lo mismo que tú. Una de las razones por las que creo que la discusión pública en EEUU está tan polarizada es que tienes gente que no mira las noticias, solo opiniones afines con las que sus creencias se ven reforzadas, algo que ocurre tanto en la izquierda como en la derecha. Es muy difícil tener una discusión civilizada así.

Usted ha repetido recientemente que Wikileaks no ha transformado la profesión, que no ha sido el preludio de una nueva era digital de transparencia. Los «cinco grandes» (NYT, «The Guardian», «Der Spiegel», «El País» y «Le Monde») tuvieron en esas filtraciones un alijo de secretos que explotaron. Sin embargo, llegada la hora del epílogo, no parecen que sean puestas en valor...
Mi periódico (y estoy seguro que los otros también) puso un valor muy alto en los documentos de Wikileaks. Creo que contribuyeron enormemente a nuestra comprensión de la política exterior de EEUU, y nos dieron una nueva visión de los asuntos de otras naciones. Seguimos utilizando los documentos para ayudar a proporcionar perspectiva sobre las noticias de actualidad.

Por citar un ejemplo obvio, durante las revueltas y los levantamientos de la «primavera árabe», regresamos a los documentos con frecuencia para la comprensión del comportamiento de los regímenes en el gobierno. El material que no era una gran prioridad en 2010 -como el estilo de vida de las familias gobernantes de Túnez y Libia- fue más interesantes cuando esos países se convirtieron en noticia de primer plano. Siempre voy a considerar la presentación de informes y análisis de los documentos de Wikileaks como uno de los puntos culminantes de mi tiempo como director. Como materia prima para el periodismo, esos documentos fueron un tesoro.

Pero siempre he sido escéptico ante quienes defendían que este tesoro haría cambiar profundamente el periodismo, o la diplomacia, o el secreto de Estado. Aún continuamos recibiendo importantes filtraciones de información secreta de los gobiernos, de las corporaciones y de otras instituciones. Pero, sobre todo, lo logramos a la vieja usanza, de periodistas que trabajan y disponen de fuentes de confianza. Wikileaks no abrió las compuertas de descarga para una nueva era de filtraciones online. De hecho, una consecuencia seria de la experiencia de Wikileaks es que la Administración Obama ha tomado medidas enérgicas contra las filtraciones -instalando nuevas tecnologías que hacen más difíciles las filtraciones, presentando cargos criminales en contra de los que filtran-.

La tecnología ha cambiado radicalmente el periodismo -cómo recopilar información, cómo difundirla, la forma en que analizamos y presentamos la información-. Pero eso comenzó mucho antes de Wikileaks, y continuará incluso si Wikileaks no hace público ningún otro secreto.

¿Realmente cree que el fenómeno Wikileaks solo ha dejado dos víctimas -el soldado Manning y la «celebridad» Assange-, que no ha aportado nada como para ser puesto en valor?
Déjenme decir un par de cosas. En primer lugar, no sabemos quiénes son las víctimas de Wikileaks. Mi temor es que debido a que Wikileaks publicó muchos documentos identificando a testigos inocentes -aldeanos afganos, disidentes políticos en regímenes autoritarios, defensores de los derechos humanos...-, algunas de esas personas podrían haber sufrido represalias. NYT y los otros periódicos se cuidaron mucho de no revelar los nombres de estas fuentes, pero Wikileaks no fue tan cuidadoso.

En segundo lugar, aunque creo que el tratamiento de Manning en los primeros meses de su encarcelamiento era inhumano, creo que el Gobierno tiene derecho a llevarlo a juicio por violar su juramento de secreto. Él tiene derecho a un juicio justo, y si puede justificar sus actividades en un tribunal, entonces debe ser absuelto.

En tercer lugar, a pesar de que Assange y yo hemos tenido nuestros desacuerdos -no conozco lo suficiente acerca de sus dificultades jurídicas en Suecia como para comentarlas-, no veo delito en la publicación de documentos secretos. Si EEUU fuera legalmente tras él solo por publicar secretos, yo hablaría con fuerza en su defensa. No está todavía claro si el Gobierno tiene la intención de hacer eso.

Recientemente escribió usted en una columna, -en referencia a Irak-, «cuando has estado equivocado sobre algo tan importante como la guerra, como yo lo he estado» que suena a autocrítica. Y adjuntó que a menudo «nuestro líderes empiezan con las respuestas y trabajan hacia atrás, fijando los hechos a la política». ¿No cree que hay ciertas similitudes entre el caso de Irak y el de Irán ?
Realmente creo que hay similitudes entre Irak en 2002 e Irán hoy en día: un tambor de guerra, un régimen misterioso, inteligencia discutida o exagerada. También pienso que los medios de comunicación en su mayor parte han aprendido de la experiencia de Irak. La cobertura -no todos, pero la mayor parte de lo que veo- es más escéptica en esta ocasión.

En el diseño de la «guerra contra el terror» los medios fueron una columna de esta estrategia. ¿Qué rol pueden jugar ahora, una vez que esa guerra parece haber terminado, pero mantiene mucho de sus mecanismos vigentes en forma de legislaciones excepcionales...?

Nuestro trabajo no es decirle a los lectores lo que deben pensar, sino suministrarles la información precisa y detallada, y el análisis para decidir lo que piensan por sí mismos.

Para terminar, ¿es la verdad el principal valor del periodismo?
Sí, pero la verdad es una aspiración, no es un absoluto. Es algo que buscamos. Por verdad quiero decir que las ideas son desafiadas por la información, y estamos más cerca de la verdad subjetivando nuestras creencias a puntos de vista opuestos e información que las cuestionan. ¿Logramos alguna vez la verdad? Es como lograr la perfección, no se puede, pero es algo importante por lo que luchar.

Rosa M. Calaf: "Solo cubrimos crisis. Si cubriéramos precrisis, muchas veces no llegarían a ser crisis"

La web Punto de Encuentro Complutense, trabajada por estudiantes de periodismo, publica una interesante entrevista con la ex corresponsal de TVE Rosa María Calaf. Consciente de su aportación a la profesión, Calaf confiesa sentirse en la "obligación de transmitir" todo aquello que sabe, por lo que de momento, "voy a seguir dando la lata", confiesa.

38 años de carrera, más de 170 países… ¿Qué noticia te gustaría dar en pleno 2012?
Que somos capaces de entender a los que piensan diferente. Y que respetamos la pluralidad. Me gustaría acabar con la cultura de la permanente confrontación que parece que solo existimos en función de atacar a alguien y la diversidad de opiniones significa solo eso: una opinión distinta, nada más.

Vamos al barro. Se reducen las corresponsalías, todos los medios están recortando, ¿cómo se puede hacer una información internacional de calidad si cada vez nos llega más sesgada?
Es muy difícil. Se hace por el esfuerzo personal de cada uno, que intenta llegar más allá de donde puede. Supliendo todas estas materias, que realmente son necesarias porque hay que entender que hacer información, sobre todo internacional, es caro. Cuesta dinero, igual que la buena medicina o el buen restaurante. Parece que eso no se entiende. Si se recortan recursos económicos y tiempo va en detrimento de la calidad del producto final. Es gravísimo que no nos demos cuenta de lo que está pasando con la información y perdamos tiempo en banalidades y seamos capaces de reaccionar ante hechos insignificantes. Hay un desvío del interés por lo esencial a base de intoxicar, infotoxicar. Es muy difícil seguir haciendo información con contexto, con reflexión… En televisión es más importante estar en el sitio que saber lo que pasa y se ha espectacularizado, solo sirve para entretener en un negocio del espectáculo.

Siempre se ha dicho en las televisiones que si no hay imagen, no hay noticia…
Hay que buscar imagen como sea, eso está claro. Pero es evidente que no siempre puedes. ¿Qué ocurre? Que muchas veces se pone una información intrascendente porque tiene una imagen impactante y se deja una información importante porque la imagen es floja, sosa o inexistente. Vamos a ver cuál es el objetivo de la información. Precisamente es contarle al receptor qué es lo que pasa. Si puedes hacerlo con imagen, perfecto. Pero si no, tienen el mismo derecho a conocerlo aunque no haya imagen. La información tiene que ser importante, esencial, necesaria, precisa, independiente…. No divertida.

Te doy varios datos que supongo que conoces. TVE tiene un corresponsal en toda Asia, ausencia de corresponsalía en La India, un corresponsal para todo el continente africano. EFE, la agencia española más importante, tiene un único corresponsal en África Subsahariana. ¿Qué está pasando?
Eso significa que no se valora la importancia real que tiene el conocimiento de lo que sucede en el mundo. Es paradójico porque en este momento que consideramos que todo está globalizado y lo que ocurre en China nos afecta a todos es cuando menos se informa de internacional y peor se hace. Hay muchos medios que no tienen ni un solo corresponsal. Yo me acuerdo que en África, en Nairobi cuando estuve en los años 70 había sesenta y pico corresponsales y en este momento hay cinco de todo el mundo. Está claro que se reduce el número porque el objetivo no es la excelencia informativo sino el negocio. Lo que es caro, se cierra. Además se dice que con la inmediatez, si pasa algo, en pocas horas puedes estar allí. ¿Qué resultado da esto? Que solo cubrimos crisis. Si cubriéramos precrisis, muchas veces no llegarían a ser crisis. No hay enseñanza de lo que estamos contando. No cuenta la memoria, solo el impacto del momento. El medio no está interesado en transmitir conocimiento sino en hacer negocios.

Internet surgió como una oportunidad con la globalización, ¿el principal perjudicado de su llegada ha sido la calidad periodística?
No sería tan rotunda porque creo que en Internet se están haciendo cosas que están muy bien y sinceramente es una amenaza y una oportunidad. Me da la impresión de que podemos hablar del mito de los medios libres. Internet va a ser la última oportunidad de hacer periodismo con seriedad, independencia, comprometido. Pero hay que conseguir financiación, se necesitan recursos. La gente tiene que darse cuenta de lo importantísimo que es estar bien informado. Si no lo están, alguien va a decidir por ellos.

Hemos estado hablando de que has estado en 174 países, ¿cuál es la situación más dura que te ha tocado vivir?
Siempre es muy difícil porque en cualquier sitio que hay personas que sufren se pasa mal. Pero por la magnitud y el número de víctimas, el tsunami de 2004 fue tremendo, la devastación más absoluta, la pérdida de vidas y la destrucción del tejido social, son comunidades pobres donde no hay ningún tipo de infraestructura y los gobiernos de esos países no suelen preocuparse de sus ciudadanos. Hay componentes que les hacen muy vulnerables y el único apoyo es la comunidad, el apoyo de unos con los otros. Si eso se rompe… Se sufre muchísimo.

Te voy a dar una serie de países de Asia y me los tienes que definir con una frase
Tendré que pensar.

China
Un país con dos caras: las luces de neón y la represión a los derechos humanos.

India
Injustísimas e incomprensibles desigualdades.

Afganistán
Un país absolutamente incomprendido durante toda su Historia.

Corea del Norte
Un parque temático estalinista

Bhután
Donde el individuo importa más que los bienes. Prima la felicidad, pero no basada en la posesión.

Hemos estado hablando del intrusismo en la profesión, ¿cómo se puede evitar? ¿Quizás haciendo un Estatuto de Periodistas o un Colegio de Periodistas?
Sí. Yo soy poco legalista en el sentido de crear colegios o cosas así, pero desde luego hay que crear algo. Tiene que haber un control de calidad de la información, teniendo presente que la línea es muy peligrosa. Me refiero a control de la calidad en función del interés público, no de los intereses de un grupo. No es fácil, pero tiene que haber algo que impida que se llame periodista a quién no lo es. La imagen del periodista es malísima, la credibilidad está por los suelos y ha bajado mucho en prestigio social. Esto ocurre porque hay muchos periodistas que no se han comportado de acuerdo al compromiso de servicio.

¿De quién es la culpa de haber llegado a esta situación? ¿De los medios que han permitido que toda la gente que no es periodista pueda publicar? ¿De los periodistas que hemos dejado que nos invadan? ¿O es del público que acepta cualquier tipo de información?
Yo creo que es una responsabilidad compartida. Es obvio que tiene más responsabilidad quien más poder tiene. La mayor es de la empresa periodística que le sale más barato y fácil tener personas en situación de precariedad. Los poderes políticos no ponen coto y no exigen que se cumpla la ley en la búsqueda del interés público. Y finalmente los periodistas que hemos hecho que la gente se maleduque y ahora el receptor se cree que está informado cuando está entretenido. Ya no es capaz de tener un sentido crítico para darse cuenta que le están manejando. No solo pasa con el periodismo sino con la sociedad, que le ha convertido en consumidor y le ha borrado como ciudadano.

Con estos recortes en los medios de comunicación que estamos viendo, ¿es el momento de echarse la manta a la cabeza y potenciar el ser freelance?
Creo que va a ser la única solución. Sobre todo si uno quiere hacer periodismo independiente. Será importante crear páginas web, blogs, pero que claramente apuesten por el compromiso y la calidad, que puedan inspirar confianza en el receptor. Tienen el problema de la financiación.

Hablamos de medios independientes, de freelances, pero ¿cómo se mantienen esos medios sabiendo que la financiación viene de empresas privadas?
Es muy difícil porque hay que luchar en dos frentes, por un lado conseguir financiación por parte de fundaciones o empresas que realmente quieran hacer una buena información y estén dispuestas a no interferir. Por otro lado, convencer a la gente de que tiene que pagar por una información de calidad y se podría llegar al sistema por suscripción en la red.

¿El periodismo ha perdido su capacidad crítica con el poder?
Creo que sí. Hay honrosas excepciones, pero lo ha perdido por una razón muy sencilla. El poder político está supeditado al poder económico y el poder económico controla la prensa y transmite el mensaje que quiere, así los medios no pueden actuar en libertad. La función de los periódicos antes era dar un servicio a la comunidad, ahora se ha perdido. Si el objetivo es a cuenta de resultados, estás variando tu forma de trabajar, expectativas…

Estamos de acuerdo en que los medios online van a terminan cobrando, ¿no crees que debemos aspirar a una información mejor en Internet para llegar a pagar por esos contenidos?
Por supuesto. Internet es una herramienta que se puede usar bien o se puede usar mal. En este momento, Internet no es sinónimo de calidad, significa una vía, un instrumento. Hay mucha porquería y cosas muy bien hechas. Hay que conseguir que sea una herramienta de difusión de la calidad, de transmisión de valores positivos al ciudadano. De momento hay de todo, posiblemente más malo que bueno. Hay que hacer un ejercicio de crítica para seleccionar aquello que vale la pena y lo que no. Es un esfuerzo, educar a las personas desde pequeñitas en espíritu crítico y en capacidad analítica, no tragarse cada cosa que les cuentan. Es uno de los grandes males de nuestra sociedad en este momento: no nos enseñan a hacernos preguntas.

¿Falta ética en el periodismo actual?
Falta mucha ética, se ha quedado por el camino. En el momento en que prima el espectáculo sobre la calidad en la información y la apariencia sobre el trabajo bien hecho está claro que la ética está perdiendo. Se informa a golpe de titular, a golpe de emoción y se acostumbra a la gente a que se forme una opinión sin tener los conocimientos y sin hacerse preguntas. Eso significa que la ética no está presente porque el periodista tiene que dar los elementos necesarios para que se pueda hacer una opinión sana.

¿Hablamos de TVE?
A ver (risas). Ahora no sé mucho, pero bueno estoy en contacto.

¿Qué te parece TVE en este momento?
Están muy mal, todo muy incierto y no saben adónde tirar. Creo que la última etapa en cuanto a independencia y esfuerzo en hacer un producto digno, teniendo en cuenta unas limitaciones tremendas de presupuesto es bastante loable. Es el esfuerzo personal de determinadas personas. De todas maneras, los Informativos siguen siendo muchísimo mejores que los de las privadas, pero la oferta del resto sigue siendo muy pobre en cuanto a calidad informativa. Me preocupa mucho porque TVE está muy presionada por el tema de la audiencia, se va desviando del objetivo de una televisión pública. No por censura sino por selección de temas. El telediario está dignamente hecho, pero las noticias no son noticias de telediario muchas veces. Puede ser publicidad disfrazada de cultura, estrenos de cine… Los estrenos de cine no tienen que estar, será interesante hablar de una película si tiene un valor añadido o unas características que sirvan para el conocimiento de los ciudadanos. Una película de Stallone no sé qué pinta en el telediario… Ahí ha cedido, en la selección de noticias y en la escaleta del telediario para competir con la audiencia de otros informativos que dan sucesos, banalidades, mentiras… La televisión pública no puede competir bajando la calidad.

¿Vuelve a primar en este caso lo económico sobre la calidad?
Absolutamente. Hemos creado una sociedad absolutamente economicista, el éxito consiste en tener cosas, no en ser persona. Hay un problema ético por el camino. Todo se mira con valores económicos y eso significa que le ponemos precio a todo, pero nada tiene valor.

Creo que en España nos hemos acostumbrado al ‘todo gratis’. Películas, información…
Es un problema de educación en las escuelas. Es un diseño social que no busca que la sociedad piense y tenga sentido crítico sino que produzca y consuma sin pensar.

¿Debemos financiar los ciudadanos una televisión pública de calidad e independiente?
Claro. Debemos financiar una televisión pública con las características de una televisión pública, es decir, al servicio de todos los ciudadanos.

La última, después de toda tu carrera, todos tus destinos, ¿qué le queda por hacer a Rosa María Calaf?
Uff, muchísimas cosas. Sigo teniendo la misma curiosidad que cuando empecé, me sigue apasionando este trabajo. Quiero compartir todo lo que sé porque siempre he pensado que he sido una privilegiada, estoy muy agradecida a todo lo que he hecho. Tengo la obligación social de transmitirlo. Además, compartiendo, yo recibo. No hay nada más gratificante que proporcionar ayuda. Yo voy a seguir dando la lata.

TITULARES QUE CONVIENE RECORDAR

- "Hay un desvío del interés por lo esencial a base de intoxicar, infotoxicar".
- "Muchas veces se pone una información intrascendente porque tiene una imagen impactante y se deja una información importante porque la imagen es floja".
- "La información tiene que ser importante, esencial, necesaria, precisa, independiente…. No divertida".
- "Se reduce el número de corresponsales porque el objetivo no es la excelencia informativo sino el negocio".
- "Solo cubrimos crisis. Si cubriéramos precrisis, muchas veces no llegarían a ser crisis".
- "Internet va a ser la última oportunidad de hacer periodismo con seriedad, independencia, comprometido".
- "Tiene que haber algo que impida que se llame periodista a quién no lo es".
- "Los periodistas hemos hecho que la gente se maleduque y ahora el receptor se cree que está informado cuando está entretenido".
- "Hay que convencer a la gente de que tiene que pagar por una información de calidad".
- "El poder político está supeditado al poder económico y el poder económico controla la prensa".
- "Es un esfuerzo, educar a las personas desde pequeñitas en espíritu crítico y en capacidad analítica, no tragarse cada cosa que les cuentan".
- "Se acostumbra a la gente a que se forme una opinión sin tener los conocimientos y sin hacerse preguntas".
- "El telediario está dignamente hecho, pero las noticias no son noticias de telediario muchas veces".

Rafael Correa: "Los medios privados son uno de los grandes problemas planetarios"

El presidente de Ecuador, Rafael Correa, ha sido entrevistado esta mañana en 'Los desayunos de TVE' aprovechando su encuentro con la comunidad ecuatoriana en Murcia, una de las más numerosas. Correa se suma así a la lista de presidentes que han pasado pasado por el programa que dirige y presenta Ana Pastor.

Preguntado por la polémica que mantiene con los medios(especialmente con el diario 'El Universo'), a los que acusa de lanzar injurias y manipular contra su persona, Rafael Correa ha dicho que "los medios se creen propietarios de la opinión pública", pero recuerda que sólo "son propietarios de la opinión publicada".

Sorprendentemente(en España no estamos acostumbrados a que ningún político lo reconozca), Correa se ha mostrado muy crítico con la relación entre el poder económico y los medios de comunicación.

R.C: "Los negocios privados dedicados a la comunicación social son uno de los grandes problemas planetarios... Es una contradicción de base".
A.P: "Bueno, es una contradicción pero tiene que haber medios de todo tipo. Supongo que defiende que haya medios de todo tipo".
R.C: "Sí, pero debe haber más medios públicos que no tengan ese conflicto entre el lucro y la comunicación social. ¿Usted que cree que prevalece cuando un medio dueño de la banca tiene que criticar a la banca, lo privado o lo público?
A.P: "En algunos casos prevalece lo profesional".
R.C: "No, eso es usted como periodista profesional, pero los dueños de los medios le impondrían el fin de lucro" (...) "Eso fue lo que nos pasó al inicio del gobierno. De los siete canales de televisión, cinco pertenecían a la banca. ¿Usted se imagina si queríamos regular a la banca para que no se cometieran los excesos que aquí, en España, y que nos han llevado a esta crisis? ¡Teníamos a todos los canales de televisión en contra!. Hay un conflicto de intereses".
A.P: "Bueno, los canales podían estar en contra pero usted puede tomar la decisión".
R.C: "Por supuesto que las tomamos, pero hay manipulación. No es crítica... es manipulación".

Consciente de la reunión que mantuvo con Mariano Rajoy, Ana Pastor se interesó sobre si ambos habían hablado de las polémicas entorno a los medios de comunicación. "Opino que todos los presidentes, en la confidencialidad, se quejan de los excesos de la prensa, pero algunos piensan que es mejor soportar todo porque si no es peor", señala.
No obstante, reconoce que "en Ecuador se toleran cosas que aquí no. "Yo le aseguro que si usted minitiera en TVE no habría una segunda vez, perdería su empleo. Allí en nombre de la libertad de expresión hay que soportar todas las mentiras".



Berta Collado: "Algún día desarrollaré mi faceta de periodismo serio; en radio, prensa o un informativo"

Sencilla, guapa y profesional. Son tres de los adjetivos que definen a Berta Collado, una joya televisiva consolidada durante los últimos años. "Muy impaciente, muy inconformista y reservada", se declara ella misma al portal Yo veo SLQH.

Empezaste muy joven y sabemos que el paso del tiempo nos ayuda a madurar ¿qué queda de aquella chica que trabajaba en “Insert Coin”? ¿Cómo ha sido la evolución desde entonces hasta ahora? ¿Fue todo rodado o encontraste muchas dificultades?
Queda todo porque sigo siendo la misma persona, me refiero a que lo que adquieres es experiencia y, sobretodo, mucho callo y más si has pasado por el mundo reporteril pero, en esencia, exactamente la misma persona exactamente igual, con las mismas ganas de seguir aprendiendo. Lo bueno es que adquieres experiencia, si no se te queda algo de todo eso, entonces, apaga y vámonos. Al final, soy la misma persona pero con mucho mas trabajo a las espaldas y con las mismas ganas de seguir trabajando, claro.

¿Fue todo rodado o encontraste muchas dificultades?
Pues la verdad es que yo he tenido suerte, bueno yo creo en la suerte con el trabajo, he ido uniendo todos los trabajos y siempre se ha tenido que demostrar. Cada programa y cada reto suponían un esfuerzo y luego también demostrar que te podías quedar ahí porque, lógicamente, te pueden ofrecer algo, puedes hacer una
prueba o puedes entrar en un programa haciendo un casting pero si no te puedes quedar porque no llegas a las expectativas de la productora pues adiós muy buenas.

Entonces, yo como sigo creyendo que la fórmula de todo esto es el trabajo, trabajo, trabajo, es como el anuncio en el que sale Geraldine Chaplin que dice mi padre decía que no hay suerte, que es todo trabajo o algo así, pues yo pienso lo mismo.

Tanto en “Sé lo que hicisteis”, como en “Involución” has podido mostrar tu lado más cómico. ¿Siempre te veías haciendo esto o te hubiera gustado dedicarte a un periodismo “más serio” tipo al que hace Ana Pastor, por ejemplo?
Cuando acabé la carrera, hice un máster de comunicación televisiva y todos mis profesores me decían “tú vas a acabar haciendo informativos Berta, es lo que mejor se te da” porque hacíamos muchas prácticas de informativos y de reportajes de calle pero de informativos. Al final, la vida te sorprende y, la verdad, es que no pensé nunca en un entretenimiento tan puro como era Sé Lo Que Hicisteis, me gusta mucho pero sí que tengo todavía esa parte un poco más de periodismo más serio que algún día querré desarrollar de alguna forma, si no es escribiendo artículos en un diario, en un periódico, pues será en la radio o sino, de repente, un informativo.

Por ejemplo, el programa que estoy haciendo en Canal Extremadura pues no es una locura de humor, es un programa muy blanco en el que desarrollas más tu parte de presentadora más seria aunque luego le metas tú tus puntos, y es un formato que nunca había hecho porque Involución era un concurso pero era más loco y me está gustando también. A lo mejor ahora prefiero más contenido de entretenimiento pero la parte de periodismo puro la quiero desarrollar en algún momento.

Si no hubieras sido periodista ¿a qué te hubiera gustado dedicarte?
Supongo que lo hubiera hecho de otra forma o me hubiera apuntado a cursos pero no me he planteado nunca el no haber hecho esto porque no tenía otra opción. En realidad, yo no tenía pensado bueno pues intento periodismo y si no, me meto en empresariales o en derecho. He tenido la suerte de no dudar en ese sentido y eso está bien porque recuerdo compañeros que al hacer dos cursos les entraba esa crisis trascendental de “dios mío qué estoy haciendo, no sé si me gusta o no”. Entonces, no me lo planteo. A lo mejor hubiera hecho cursos sueltos de radio, de locución pero así como licenciatura no tenía otra opción así que, ahora mismo, si me pongo a pensarlo, me agobio. (risas)

Acabas de terminar el rodaje de 'Cruce de palabras', ¿con quién mantendrías un Cruce de Palabras?
Con mucha gente… pero creo que ahora mismo, así por interés general, con algún político porque el panorama está como está, entonces, para ver si al final pueden llegar a decir algo porque luego hablan mucho y no dicen nada. A lo mejor, con Rubalcaba y Rajoy, así un poco algo que represente a todo el pueblo español.

Cuéntanos alguna anécdota singular.
Bueno en Cruce de palabras anécdotas, sobre todo, con los concursantes porque somos un equipo muy familiar y ha habido muy buen rollo desde el principio. Pues desde venir algún concursante de Navalmoral de la Mata que conocía a mis padres y el callarse y empezar a darme datos sobre mi padre y yo diciendo “¡este hombre me espía!” o las que puedo montar yo.

Hubo un día que estaba todo el mundo muy serio porque habíamos estado trabajando todo el día anterior hasta las 11:30 de la noche y entonces, digo “bueno que hay que animar un poco al equipo” y, como soy tan payasa, salí del camerino con un trozo de papel higiénico colgado en el vaquero y me fui así al plató.

Entonces pasé por delante de todo el mundo y yo partiéndome de risa. El único cómplice que tenía era el chico que me ponía el micro, Juan Carlos, y le dije “cállate por favor que no te entre le risa”. Total que me voy y todo el mundo callado, nadie se atrevía a decirme “Berta tienes un trozo de papel colgando” pero todos muertos de la risa. Entonces, hasta que nadie me lo diga yo voy a empezar el programa y luego cortamos, lógicamente. Después hubo una explosión de risas porque los concursantes me vieron y pensarían “¿y ésta loca? ¿Dónde he venido yo a concursar?” Cosas de esas que si la gente está agotada les animas porque ellos también me animan a mí cuando estoy de bajón.

Hablando de nuevos proyectos, ¿te veremos en algo próximamente? ¿Hay algo ya en mente?
¡Esa es la gran pregunta! No lo sé, porque llegan cosas que luego, tal y como está el panorama ahora mismo, pueden salir o no, tengo que hacer una segunda temporada de 'Cruce de palabras', que estaré otro mes y medio grabando fuera, luego ha habido una cosa de teatro que me apetece mucho hacer pero que está todavía muy verde. A mí, sinceramente, me apetecería, creo que es el momento del teatro.

Ahora mismo en tele no veo que haya un movimiento especial y en teatro sí y es una espinita que tengo clavada porque estando en Sé Lo Que Hicisteis me surgió la oportunidad y no pude, lógicamente, por no tener tiempo y no poder estar cada día en un teatro haciendo funciones y ahora a lo mejor sí, entonces será sorpresa.
De momento, tengo que hacer la segunda temporada de 'Cruce de palabras', tengo que hacer el blog y bueno, temas de programas también hay algo por ahí pero demasiado verde todo.

¿Qué formato tendrían que ofrecerte que te llamase la atención para aceptarlo sin pensártelo?
Pues, por ejemplo, un formato de música, a no ser que me dijeran que tuviera que presentarlo en ropa interior diría sí, sin ninguna duda, porque me encanta la música, me apasiona y no hay formatos musicales desgraciadamente y un Séptimo de caballería o un No disparen al pianista me parecen geniales porque además engloban muchas cosas: puedes sacar tu parte periodística más pura para las entrevistas, es un programa de entretenimiento, tienes música…

¿Cómo llevas la crítica?
Fenomenal, creo que nunca se debe perder el sentido del humor y, sobre todo, saber que no le puedes gustar a todo el mundo. La gente que no acepta las críticas, la verdad, no lo entiendo muy bien porque es imposible, si gustas a todo el mundo es que eres un extraterrestre y, lógicamente, hay muchas críticas onstructivas que te vienen bien y hay gente que te critica, ojo, sin ofender y sin faltar al respeto, aunque yo he tenido mucha suerte porque no me he encontrado con mucho “cafre”, que supongo que habrá, pero bueno que dentro de una normalidad es natural que alguien diga que le gusta tu trabajo o no y que lo critiquen.

Las críticas se tienen que llevar como lo que son, críticas de las que te tienes que quedar con las que te valgan para superarte y las que no, pues no hacerlas mucho caso.

¿Qué ha sido lo más gracioso que has escuchado sobre ti?
Últimamente, que me había operado los pómulos y la nariz. Me encanta que se piensen que me he operado porque como todo el mundo está obsesionado y todo el mundo se pone pómulos, pues yo para algo que tengo de nacimiento, pues oye genial. Y lo de que me había operado la nariz no sé de dónde lo han sacado porque claro si coges fotos se nota una diferencia pero llevo con mi misma nariz y mis mismos pómulos toda la vida, entonces me hace mucha gracia eso, que la gente diga: “Berta se ha operado los pómulos”. ¡Maravilloso! (risas)

¿Hay alguna “mentira graciosa” que te gustaría que fuese cierta?
Mentira… pues a lo mejor cuando se comentaba que nos íbamos a juntar todos otra vez, los del equipo de SLQH, eso sería un pelotazo aunque fuera por un tiempo, pero más que nada por el “colegueo”.


Varios portales de internet dicen de ti que eres el claro ejemplo de que se puede ser sexy, elegante y sencilla al mismo tiempo. ¿Qué haces para cuidarte?
La verdad es que me da un poco de vergüenza pero ¡no me cuido nada! Debería cuidarme más, mi madre me dice siempre: “Berta, ¿bebes agua?” y yo: “No, mamá”; y ejercicio soy muy vaga, intento ir andando a los sitios, un poco más cuidar la alimentación, aunque como de todo, pero más sano, evitar ciertos fritos y comer de todo. Hay veces que me obligo. Mientras no te obsesiones… la cabeza influye mucho en tu físico.

¿Cómo es la Berta que no vemos en televisión?
Bastante más tímida que la que se ve en tv, muy reservada, sobre todo con respecto a mi vida personal, muy discreta. Muy impaciente y muy inconformista, no sé si eso se verá en la tele o no y muy pasional, las cosas que vivo y me gustan. Por ejemplo, mi trabajo. Saco toda la fuerza y energía que tengo dentro y eso sí se puede transmitir.
Pero así que parezca más raro, la timidez, me dicen “¡Anda ya! no puede ser si te hemos visto haciendo de Mercedes Milá”… ya pero eso es delante de la cámara, es trabajo.

En algunas ocasiones te hemos visto con ropa confeccionada por ti. ¿Cómo empieza tu relación con el mundo de la moda?
La verdad es que a mí siempre me ha encantado la ropa, de hecho, mi padre, siempre ha tenido tiendas de ropa, le encantaba, estuvo en Barcelona diseñando y siempre me ha llamado mucho la atención. Soy muy casual, me gustan mucho las mezclas. El tema camisetas, pues si puedes romper una camiseta y hacerle dos agujeros…¡Me encanta customizar camisetas de chico y ponérmelas como de chicas! O una camiseta grande con un pantaloncito corto y una blazer...

Lo de la ropa ha estado bastante arraigado en mí pero porque lo he visto desde pequeña. Siempre, en lugar de preguntarle a mi madre cada vez que me vestía para ir al cole si me combinaba, yo cogía la ropa y le decía “¿mamá, me hace magia?” y eso significaba a lo mejor que el color beige me iba con el rojo y eso lo tenía muy claro, nunca mezclaba un amarillo y un azul, por ejemplo.

¿Qué podemos encontrar en el armario de Berta Collado?
Se van a encontrar vaqueros de todo tipo y colores, chaquetas de corte masculino, blazers, chupas de cuero, camisetas customizadas y, sobre todo, shorts.

Iñaki Gabilondo: "El pecado mayor del periodismo y la política es que se han alejado de la gente"

Iñaki Gabilondo lo tiene muy claro: "los tirantes no se cuelgan nunca, lo que ocurre es que uno desaparece de las primeras líneas de fuego", responde cuando le preguntan sobre su futuro en el mundo del periodismo. "Nunca te terminas de retirar, ¿sabes por qué? Porque vives en periodista. Yo me voy de vacaciones y leo los periódicos igual que cuando estoy trabajando, veo la televisión, voy al supermercado y pienso y miro...".

Veterano periodista, referente en nuestro país, Iñaki Gabilondo ha concedido unos minutos a la web Punto de Encuentro.

Hoy [esta entrevista se hizo el 6 de marzo] cumple años un gran escritor y periodista, García Márquez. En 1996 él decía: “La mejor noticia no es siempre la que se da primero, sino muchas veces la que se da mejor”, ¿Cómo se prioriza uno de estos dos aspectos en un medio como la radio?
Hace muchos años que creo que la obsesión por “darlo primero” es lógica, pero tampoco creo que tenga demasiada importancia. Es una importancia más del combate por la vanidad. Es una ambición periodística.
A lo largo de la historia se ha comprobado que, muchas veces, por intentar ser el primero se comenten errores. Nosotros preferimos ser el último con la verdad que el primero con la falsedad. Hay que evitar correr si en el camino uno se va dejando determinado tipo de precisiones.

En tu último libro –‘El fin de una época’- dices: “al disertar cómo serán las empresas del futuro no se contempla en ningún momento el qué ni el cómo hay que contar y a quién hay que contarlo” ¿Podemos decir que el fin de una época es la pérdida de dar importancia al cómo se cuenta algo?
El libro no sólo se refiere al fin de una época sólo en el periodismo, sino a todo. Es evidente, está cayendo un mundo entero y está empezando otro y estamos en un periodo de tránsito de uno a otro. En este tránsito todo está marcado por la economía y por la desesperación de las empresas de sacar las cuentas adelante. Se ha olvidado en el periodismo cualquier reflexión sobre la naturaleza fundamental de nuestro oficio; ahora todo consiste en ver si es rentable o se puede salvar una situación económicamente desesperada.
En todo ese proceso se han quedado atrás preguntas capitales sobre nuestro oficio que hace mucho tiempo que no nos estamos haciendo: ‘¿Cuáles son las cosas que hay que contar?’, ‘¿Por qué contamos lo que estamos contando?’, ‘¿Con qué criterio elegimos las cosas que vamos a contar?’, ‘¿Cómo las contamos y por qué las contamos así?’, ‘¿Para qué las tenemos que contar?’… La reflexión sobre el oficio hace mucho tiempo que está sustituida por una reflexión por la economía, las finanzas y la tecnología. Siendo muy importante, la tecnología no deja de ser una herramienta.

Antes, al haber una situación económica más boyante, no se cuestionaba un corresponsal en Londres. Ahora, sin embargo, parece que se parte de la base de que la calidad es cara y no es rentable…
Lo que ocurre es que lo acuciante se está imponiendo a lo importante. Las empresas no están diciendo que no les importe la calidad, lo que ocurre es que toda la energía se proyecta sobre los apuros brutales de hoy. Entonces los productos se deterioran: se pierden medios, se pierden corresponsales… el producto se merma.
Las empresas están muy angustiadas por la situación económica en todo el mundo. Sobre la comunicación ha caído una doble crisis: la económica –que ha hecho caer la publicidad, los ingresos... – y por otro la derivada de la presencia de internet y otros soportes que, sobre todo, a la prensa escrita le han hecho mucho daño.

Juan Cruz, en uno de sus libros, contaba que Polanco ya decía en la década de los noventa que era un error dar noticias gratis en la web porque suponía regalar un producto que cuesta dinero, ¿Es ese el problema?
Si una organización que hace un producto que cuesta dinero no lo puede comercializar de ninguna manera porque el periódico tiene mucha menos publicidad y hay mucha gente que lo consume sin pagarlo, entonces el negocio tiene que cambiar.
No se trata de oponerse a la llegada de internet, sino que el negocio tendrá que ser de otra manera. Todavía no se sabe de qué otra manera, con lo cual estamos entre los estertores de un modelo que no será el del futuro y un modelo de futuro que aún desconocemos como será.
Internet ha venido para quedarse y anuncia un cambio total. El cambio es tan espectacular que todavía no se ha dado con el modelo de comercialización adecuado.

¿Crees que tendría sentido, de cara a ese nuevo modelo, que se reconociera el derecho de autor del periodista o de la empresa sobre a las informaciones?
El periodismo sí va a inventar nuevas fórmulas de comercialización… pero aún no las tiene. Ahora El País manda a un periodista a no sé qué lado, publica algo y a los dos segundos está en todos lados y sólo los lectores que compran el periódico sufragan el coste de una información que la consume el resto gratis.
Eso indica que estamos en una situación de transición en búsqueda de un modelo futuro. Evidentemente así, como estamos ahora, no se va a quedar el periodismo. Por todo esto es por lo que las empresas periodísticas lo están pasando tan mal.

¿Y qué opinas sobre el cierre/desaparición de algunos medios como ‘Público’, por ejemplo?
Ese es un caso perfecto de una equivocación respecto al soporte. Si Roures hubiera notado con más claridad este fenómeno hubiera hecho ese mismo producto en internet, porque el papel es el que tiene el problema. Hay público, hay clientela, hay contenido y hay interés… El problema está en que lo fabricó con el formato antiguo y ese formato es carísimo y no tiene forma de compensarlo.
Lo que ha fracasado no ha sido ni la idea de periódico, ni el contenido del periódico, ni la posición ideológica; ha sido el soporte.

¿El papel está, entonces, abocado a desaparecer?
Los expertos dicen que sí, incluso lo tienen fijado en el tiempo. Bien es verdad que yo, hace mucho tiempo que no hago caso a los expertos.
Creen que habrá una especie de pequeña reserva de periódicos con unas determinadas particularidades, como periódicos muy especiales. En esta casa [PRISA], nuestro Consejero Delegado, Juan Luis Cebrián, hace mucho tiempo que dice que el papel se va a hundir.

Son muchos los medios que van cerrando o que enfilan el camino a su desaparición. Uno de los que también están en esa situación es Intereconomía. Iñaki Gabilondo considera comparable la pérdida de un medio como ‘Público’ a un medio como Intereconomía? ¿Considera a Intereconomía como un medio periodístico?
A mí ideológicamente no me gusta nada, pero no cuestiono su derecho a difundir sus puntos de vista.
El cierre de ‘Público’ sí se puede comparar a un supuesto cierre de Intereconomía porque el hecho de que el contenido de uno me parezca bien y el del otro mal, no modifica su derecho a difundir ese contenido.
Para mí, la pérdida de un medio de comunicación es siempre la pérdida de una voz y creo que todas las voces hacen falta, incluso aquellas que expresan puntos de vista que no nos gustan.
Por tanto, si Intereconomía se cerrara sería una muy mala noticia.

En tu libro, escribes que, hoy en día, existe la percepción de que todo lo que no constituye delito, se puede hacer…
Creo que los periodistas y los políticos hemos decidido que todo lo que no sea delito se puede hacer. A mí eso me parece un fallo. Los seres humanos hemos estado conquistando, durante siglos, lo que yo llamo ‘civilidad’. En ningún sitio pone que hay que ducharse, pero se supone que el hombre ha conquistado la higiene, que no hace falta decirlo. Si nos atenemos a no hacer sólo lo que prohíba la ley, volvemos atrás y tiramos por tierra esos caminos que han costado tanto construir.

Por ejemplo Camps parece enorgullecerse de haber salido indemne de su paso por un tribunal…
Sí, Camps dice que no es delito. Vale, yo no estudié Derecho y no sé si es delito. Pero además del Código Civil y el Código Penal, está el código de la decencia, del respeto a lo demás. Si tú decides que eso no importa porque no es delito…
Hay un montón de ámbitos que no son los del delito, pero que son ámbitos donde hemos de jugar. Si los periodistas y políticos, con la responsabilidad social que tenemos, decidimos que yo voy hasta donde me pare el delito sin respetar la civilidad… transmitimos un discurso equivocado a la sociedad.

¿El problema del periodismo es que se está empezando a aparecer demasiado a la política?
El pecado mayor del periodismo y la política es que se han alejado de la gente. Para la gente el periodismo y la política se ocupan de sus cosas, de sus batallas, de sus intereses… Extraen de la actualidad la materia prima de su pelea, pero la actualidad no les interesa.
Los Representantes se han apoderado del sonido general. Ahora hay un accidente y hay cuatro heridos, cuando todavía los heridos están ahí se ha dejado hablar del tema y se empieza que si la culpa del accidente la tiene tal consejero, que si la oposición dice no se qué. Al cabo de un segundo ya está liada la bronca política cuando aún están los heridos ahí.
La gente ha pasado a ser el material del cual se extrae la pelea, pero la van dejando cada vez más atrás.

Un ejemplo de esto es el 11M. Tú hablas ahora de 11M y la gente piensa en el 14M. El 11M se ha convertido en la bronca política derivada de las elecciones del 14M, un drama que ha quedado subordinado, como la excusa de una gran bronca política. Este es el mayor pecado, a mi juicio, que comete el periodismo y la política: dedicarse a unos juegos que el ciudadano ha descubierto que se fabrican con la excusa de “mi problema” cuando en la realidad no les importa “mi problema”; les importa ver si esto da un elector más o un lector más.
Y no sé si esto es así o no, pero lo parece. En la vida pública, la percepción de la realidad es la realidad.

Eugenio Scalfari, fundador del prestigioso diario italiano La Repubblica, dice que “periodista es gente que le cuenta a la gente lo que le pasa a la gente”.
Sí, exacto. Le añadiría: periodista es gente que le cuenta a la gente lo que le pasa a la gente, porque lo que le importa al periodista es lo que le pasa a la gente.
Esa debe ser la vocación del periodista: contar lo que le pasa a la gente, pero porque le importa.
Ahora no es que todo el periodismo esté envenenado por ese espíritu de importar sólo ejemplares que vendo, hay un montón de gente que lo hace con vocación; el problema es que la deriva es esa. Como pasa en la política.
La sociedad tiene la percepción de que la política y el periodismo van a su bola.

En 40 años de profesión, has conocido a mucha clase política… ¿Es verdad que la clase política de ahora es peor que la de tiempos anteriores?
Se suele tender a sublimar el pasado. Lo que sí es cierto es que la política española dio una medida asombrosa en un momento y los periodistas que vimos de cerca eso, nos quedamos muy marcados por ese ejemplo.
Cuando se murió Franco, el miedo que había a otra posible guerra o confrontación, puso a todo el mundo en una actitud muy pactista. Todos, vinieran de donde vinieran ideológicamente, se pusieron a buscar un territorio común.
La Constitución fue un espectáculo que a la gente más joven le puede resultar difícil de entender, pero que los padres de la Constitución se reunieran en una mesa juntos…lo ves ahora y te parece normal; pero es como si ahora sientan juntos a Otegui, Aznar…
Yo no creo que haya peores políticos ahora que antes, lo que pasa que ahora el juego es distinto, mucho más cruel. En aquel momento hubo una excepción y ahí tuvimos suerte con los personajes. Coincidió que los personajes –Suárez, Carrillo, Felipe… – se portaron de una manera muy grande y nos dejaron una gran impresión.

¿Suárez está sobrevalorado, infravalorado o correctamente valorado?
Creo que correctamente valorado. Lo conocí muchísimo, tuve mucha relación con él porque me nombró Director de Informativos de TVE. En casa tengo el telepronter del discurso de su despedida, yo estaba con él cuando lo grabó.
Suárez fue un tío muy importante, tuvo mucho mérito. No era un hombre de gran formación política, pero era un hombre valiente, con decisión: supo que tenía que llevar el barco de una orilla a otra y si en medio vienen bombas, pues me tiro. Le echó valor, coraje, se jugó todo. Fue un hombre muy grande.
Ahora mismo no creo que haya ni una sola persona, de ningún partido político de los que vivieron la Transición que no le reconozca un gran mérito a Adolfo Suárez.
Como lo conocí mucho y viví mucho con él, sé que pasó tragos de verdadera categoría. El tío le echó mucho valor. Coincidió que todos jugaron juntos hasta que se aprobó la Constitución y empezó la leña. El PSOE le dio una cantidad de leña brutal, se pasaron mucho con él.
Eso sí, lo más grave le pasó por su propio partido que no era un partido, sino un conglomerado. En él había gente que venía del franquismo, demócratas, socialistas moderados… para salir fueron juntos, pero en mar abierto no había un tema en el que estuvieran de acuerdo. Luego había ambiciones…
Pero sí, Adolfo Suárez ha sido un tipo muy importante, muy importante.

¿La pregunta más difícil de su carrera periodística fue aquella que le hizo a Felipe González: “¿Autorizó usted los GAL?”?
[Medita] Sí, yo creo que sí porque no sólo fue esa, le hice seis o siete una detrás de otra. Estábamos en directo en La Primera, nueve y media de la noche… Tuvimos 8 millones de espectadores. Había una expectación increíble con el tema del GAL. La tensión que había en ese plató fue muy fuerte.
Ha sido uno de los momentos más tensos de mi vida profesional porque además fue en directo. Ese y el 23F han sido los momentos más fuertes de mi vida profesional.



¿Qué es más difícil: realizar una pregunta comprometida o encajar una respuesta en la que sabes que no te están diciendo la verdad?
[Vuelve a meditar] Hablar con un presidente de Gobierno a menos de un metro de distancia no es algo tan fácil como la gente se cree… Y no aceptar una respuesta así porque sí, sino insistir y no aceptar la nueva respuesta y volver a insistir por otro lado… Todo ese conjunto es difícil.
Como no es fácil estar con un presidente de Gobierno en tensión, cuando notas que te está escupiendo las respuestas, tiendes a salirte de ahí, quedarte en esa zona no es fácil. Pero eso es nuestra profesión. Aquel día hubo 5 ó 6 minutos que fueron muy molestos.

Cuando Felipe González le contestó: “Yo sé de los GAL lo mismo que sabe usted y lo mismo que saben muchos españoles”, ¿Iñaki Gabilondo se lo creía?
No, yo no me lo creía. Yo no me lo creía. Lo que pasa que cuando tú estás haciendo una entrevista, no estás en un debate con el entrevistado.

¿Cuál debe ser la actitud del periodista en esos casos?
La actitud del entrevistador es objeto de muchos debates. A mí por ejemplo, José Bono me dice desde entonces que él nunca me hubiera tolerado eso, que parecía un interrogatorio policial. Otros me decían que tenía que haber discutido con Felipe González.
Yo hice lo que creía que tenía que hacer. Creía que tenía que preguntar. Si se convertía en un interrogatorio policial, mala suerte. El tema era demasiado gordo, no podía dejar pasar las preguntas sin insistir. La insistencia ponía muy de manifiesto mi actitud hacia sus respuestas sin necesidad de discutir.
Mi insistencia venía a decir: “no me lo estoy tragando”.
Un periodista tiene que preguntar, tiene que insistir, tiene que poner de manifiesto el pensamiento de la persona y sus contradicciones –si las tiene-, pero preguntando no poniéndote a discutir con él.
Una entrevista es un pacto; si me dices que no me gusta lo que te he preguntado es como si yo digo que no me gusta lo que me has respondido…

¿Entiende, por ejemplo, la actitud de Ana Pastor en su entrevista a Cospedal o la reprueba?
Ana Pastor es como una hija para mí. Ella ha aprendido conmigo en la radio. A mí lo que hace Ana Pastor, me gusta. Lo que pasa que eso puede dar lugar a distintas opiniones. Ella dice que aprendió de mí que la clave está en repreguntar y en cómo se repregunta. Hay que notar dónde hay que insistir en una entrevista, qué no ha quedado claro…
Lo que ocurre es que a Ana Pastor todavía no la respetan como le respetarían cuando sea mayor. Si Ana Pastor tuviera 54 años e hiciera la misma entrevista a Cospedal no la verían como una impertinente.
Pasa mucho en las entrevistas: el entrevistado no te tiene respeto hasta que no tienes una cierta edad, un currículum…
Ana Pastor creo que es la mejor periodista de su generación y esa actitud, ahora, puede parecer un defecto porque es joven. A mí me gusta mucho.

¿Y José María Aznar tiene tanto ‘respeto’ por Iñaki Gabilondo que llegó a vetarle?
Yo tenía una relación correcta con él. Le respetaba y le había hecho muchas entrevistas, y la relación se enturbia cuando la Guerra de Irak que yo me puse también muy fuerte con él.
Sin embargo, la sorpresa me la llevé el año pasado. Juan Luís Cebrián publicó un libro y en su prólogo escribe que cuando Aznar fue nombrado presidente, les pidió a Polanco y a él la cabeza de Eduardo Haro Tecglen y la mía. Por aquel entonces [1996] yo consideraba que tenía una relación normal con él, así que pregunté a Juan Luis al leer el libro que si eso era verdad. Me dijo que sí. Ellos en su día no me dijeron nada, les honra.
Ignoro por qué razón Aznar tenía una animadversión hacia mí que yo no conocía. Como consecuencia de la Guerra de Irak sí se fue enconando la cosa porque yo además me puse muy feroz con eso…

¿Reconoces algún error al tratar el tema de la Guerra de Irak?
Sí, yo he pedido disculpas. Reconozco que un conductor de un programa en una cadena importante no puede dejarse llevar por la ira. Me dejé llevar por la ira en algunos momentos.
No me arrepiento de lo que dije –porque dije lo que pensaba y lo que sigo pensando- pero lo dije en términos de una gran dureza porque estaba muy indignado con aquel asunto.
Cuando terminé mi trabajo en ‘Hoy por hoy’ le dije a mis compañeros: “si algún día hay alguna cosa que hayáis aprendido de mí, lo celebraré, pero no incluyáis esto porque esto es un defecto”.
No fue un error por el qué, pero sí por el cómo.

Cambiando de presidente… ¿Qué ha hecho mal Zapatero?
Zapatero ha hecho bastantes cosas mal. Tiene un problema: Zapatero es un hombre sin ninguna experiencia de la vida. Si ahora fuera presidente, sería un hombre mucho más maduro. Era un hombre al que no le había pasado nada en la vida.
Le condenó bastante importancia a lo que te enseña el haber pasado por muchas cosas. Él era un chico que estudia en una ciudad, hace su bachiller, conoce a una chica, hace la carrera, le va bien, termina, se mete en un partido… no ha tenido crisis amorosas, ni enfermedades, ni problemas económicos… La vida le iba bien –de lo cual me alegro-.
De esa visión un tanto sencilla se ha derivado una enorme incapacidad para entender la complicación de las cosas. Él ha infravalorado la complicación de las cosas.
Él iba de una manera un poco ingenua. A mí me llamaba de vez en cuando y me comentaba, por ejemplo con lo de ETA: “esto está hecho”. En el tema del Estatuto de Catalunya, lo mismo: “Esto está hecho”.
A mí me daba la impresión, como luego pasó con la crisis, de que él tendía a confiar en que él podía controlar las cosas y no medía la complicación que había. Por su falta de madurez vital infravaloraba la complejidad de las cosas y sobrevaloraba su capacidad para afrontarlas. Ese ha sido su error.
Creo que es un demócrata de verdad, que así se ha comportado. Se ha ido como un caballero, pero ha medido mal las cosas.

¿En concreto crees que ha cometido algún error? ¿Crees que Zapatero ha decepcionado a sus votantes?
Sí, los decepcionó porque le faltó madurez, le faltó solvencia, peso, para gestionar las cosas difíciles. El tema catalán lo gestionó y se le fue de las manos, lo de ETA también se le fue de las manos –aunque felizmente ha acabado bien-, la crisis económica también la entendió mal…
No es que estuviera cometiendo un mal error, sino que medía mal y por eso las cosas se le iban de las manos.
Eso obsta para que también le trataran con una ferocidad imponente. Hablan de los 5 millones de parados como si los hubiera creado él. Si hubiera estado Aznar en el poder, habría habido 4,5 millones… no te creas que hubiera habido menos.

¿Cree que Zapatero no ha engañado a sabiendas?
Él es de una nobleza… no creo que haya engañado a sabiendas. Gobernar es difícil y depende de las circunstancias que te toquen vivir. Zapatero todo lo ha querido hacer con una transparencia enorme, incluso ingenua.
Zapatero ha ido más de ingenuo que de engañador.

¿Zapatero ha sido víctima de su propia ingenuidad?
Sí, sería una buena manera de decirlo. Entendiendo esa ingenuidad como la falta de precaución que te da los topetazos de la vida.

Y precisamente lo contrario, el ir más temeroso de Dios, parece una de las características de Rajoy…
En ese sentido, Rajoy es más desconfiado. Es gallego, es lento, no se fía ni de su padre… Rajoy es un señor que nunca pisaría una mina por descuido porque antes de dar un paso miraría en todos los rincones y Zapatero pisaría cuatro.
Rajoy es un hombre completamente diferente a Zapatero.

¿Qué podemos esperar de Rajoy?
[Sopla] Sabes lo que pasa, que yo ya no estoy en qué puede hacer Rajoy o dejar de hacer. Estamos en un momento en el que las circunstancias están dándole un poder extraordinario al directorio europeo. Estamos en un viaje hacia una nueva Europa y quizá algún día miremos esta etapa como una etapa buena en la que estamos cediendo soberanía para ir ampliando la soberanía europea. Pero en este momento, votamos aquí pero los que elegimos aquí no mandan. Mandan otros por encima de ellos en los circuitos financieros.
Es muy importante saber que Rajoy va a hacer lo que le digan, desde el punto de vista económico.
Lo que me inquieta –y no de Rajoy que, dentro del PP, es la zona más templada- es la deriva de la derecha más derecha del Partido Popular que empuja en una dirección contrarreformista.

¿Va a escuchar a esa derecha más derecha?
Sí, él vivirá jugando muy bien los hilos en el seno de su partido. Cuando estuvo en la oposición dejó a la derecha más extrema de su partido que dijeran barbaridades y le pareció muy bien.
Cuando llegó el momento de dar el paso hacia la candidatura, se distanció de esa cuadrilla. Porque además, esa derecha más fuerte del PP ha pegado a Rajoy más que nadie. Él no piensa como ellos y no les quiere nada porque ellos desprecian a Rajoy. Sólo que, en ocasiones, a él les viene bien como dinamiteros.
Él no es así ni le gusta eso. Creo que les usará mientras no tenga más remedio. Pero el viaje hacia un modelo más conservador y más tradicional está en marcha y ese viaje a mí no me gusta.

¿Del PSOE qué podemos esperar?
De momento nada. El PSOE está comportándose como si no hubiera pasado nada. El PSOE debe empezar desde el principio, no ya por el propio partido sino por su propio pensamiento. El pensamiento socialdemócrata está totalmente devaluado. Es un pensamiento que ahora mismo no tiene respuesta para los problemas que tiene la sociedad. Hay que volverlo a repensar y el PSOE no está en eso ahora mismo, y eso no quiere decir que no lo vaya a tener que hacer.
El PSOE no ha encontrado una solución con Rubalcaba, sino que ha salido un poco del trance con él. La solución del PSOE está por venir. Alfredo no será la persona que se ocupe del PSOE que reviva. Rubalcaba está permitiendo este tránsito sin grandes desastres, pero su futuro, su contenido, su liderazgo… está pendiente.

Y terminando... Tal y como hizo Larry King, ¿un periodista debe/ puede colgar los tirantes cuando ya tiene una cierta edad?
[Ríe] Los tirantes no se cuelgan nunca, lo que ocurre es que uno desaparece de las primeras líneas de fuego.
Ahora llevo una actividad frenética, no paro quieto, pero creo que hay que quitarse de la primera línea de fuego porque en periodismo todo son líneas de fuego.
Nunca te terminas de retirar, ¿sabes por qué? Porque vives en periodista. Yo me voy de vacaciones y leo los periódicos igual que cuando estoy trabajando, veo la televisión, voy al supermercado y pienso y miro…
Así viviré hasta que me muera, por tanto no se tira uno de los tirantes. Lo que puede ocurrir es que los tirantes desaparezcan de la pantalla.

Hoy por hoy… ¿Qué espera Iñaki Gabilondo de la vida?
[Sonríe] Hoy por hoy espero seguirla viviendo. No espero nada distinto que cuando tenía 25 años: vivir el día de hoy. El día de mañana es tan estreno para mí como para ti.
Eso sí, lo que quisiera es tratar de despejar mi agenda de actividades porque entre unas y otras estoy notando más amarrado que cuando tenía un programa todos los días. Y espero encontrar más tiempo para mi música. Me encanta la música sinfónica, la ópera…
Si tengo un poco más de tiempo me voy a pasar una temporadita de gira operística por París, Londres, Milán, Nueva York…

Adela Úcar: "Me dio mucho pudor verme borracha pero el reportaje me pareció muy interesante"

"No creo que haya un formato en emisión que sea tan exigente para un periodista como '21 días'", confiesa Adela Úcar en una entrevista con Periodista Digital. "Supone una entrega enorme. El año pasado estuve nueve meses fuera de casa. Aunque también supone una satisfacción enorme por las experiencias que vives".

Esta joven, licenciada en Comunicación Audiovisual, ha sufrido varios procesos de transformación: ludópata, sadomasoquista y miembro de la comunidad menonita, que no se adapta a los avances tecnológicos. Sin embargo, ella misma reconoce que '21 días bebiendo alcohol' le resultó especialmente duro. "El rodaje no me costó tanto porque es verdad que cuando bebes, te desinhibes. Más allá de las resacas que tuve, que fueron bastante duras, me costó mucho verme en televisión. No me resultó agradable verme borracha. Me dio mucho pudor pero el reportaje me pareció muy interesante. Fue uno de los mejores programas que hemos hecho".

Mientras Cuatro emite los nuevos capítulos grabados, Adela reconoce que "tenemos un pequeño quiste ahí con el tema de la cárcel, a todos nos gustaría poder acceder a ella y hablar de tú a tú con las personas que están presas. Pero no ha podido ser porque para entrar allí o cometes un delito o tienes que ser funcionario de prisiones. Es un tema atascado, espero que se pueda solventar, que haya suerte...".



Campo Vidal: "El alineamiento descarado es el origen de la pérdida de credibilidad del periodismo"

Presidente de la Academia de Televisión, Manuel Campo Vidal es uno de los periodistas más respetados de nuestro país. Su dilatada trayectoria profesional le otorga plena legitimidad para criticar y opinar sobre el periodismo actual así como presentar posibles fórmulas y soluciones a las enormes carencias de la profesión.

Campo Vidal ha mantenido un encuentro digital con los usuarios de Rtve.es.

■ Sobre periodismo y nuevas tecnologías

¿Qué diferencias cualitativas encuentra entre los periodistas de estos últimos 10 años(fenomeno internet)?
Es complejo, porque buena parte de la información está sobre la mesa de redacción, pero eso conlleva el peligro de que desaparezca el periodismo de calle, que refleja mejor la vida real. Con todo, lo más grave para mí es la perniciosa costumbre de no comprobar las noticias con una segunda o una tercera fuente. Internet es muy importante y ha llegado para quedarse, pero debe ganar la batalla de la credibilidad para no confundirse con un ventilador que empuja cualquier información sin control de veracidad.

¿Cuál es para ti el principal error que cometen los periodistas a la hora de comunicar?
El capital de un periodista y de un medio es su nombre propio asociado a la confianza de que lo que dice está comprobado y estudiado. Perder esa condición es arruinar el concepto mismo de periodismo. Superado esto, creo que en España en general hay un bajo nivel de comunicación y no es especialmente alto ni siquiera entre los profesionales de la información. No nos exigieron idiomas, como a todos, y lo pagamos. No tuvimos apenas exámenes orales y a veces encontramos a periodistas que decepcionan por su bajo nivel comunicativo. Hay grandes excepciones y una conciencia creciente de que debemos mejorar.

¿Considera que las nuevas tecnologías están dando lugar a un periodismo peor?
La tecnología en si mismo no tiene culpa de nada. El problema es cuando no la usamos bien. La velocidad de difusión de noticias también debería servir para la comprobación veloz de los datos. Se puede comunicar bien en cualquier medio, de la prensa, radio, televisión e internet, pero el rigor profesional es lo primordial.

¿A qué cree que se debe que los ciudadanos confíen cada vez más en las redes sociales y no en los medios de comunicación?
Los medios tradicionales debemos aprender a convivir con las redes sociales. Si actúan como vigilantes de la credibilidad y el rigor de esos medios, bienvenidas sean. Creo que la crisis del periodismo, más allá de la económica y la tecnológica, está en la pérdida de respeto hacia la información bien hecha. Los medios tradicionales solo sobrevivirán si se ofrecen como la alternativa creíble y si aprenden a convivir con la nueva realidad de la información, que es cada vez más importante.

Sobre el presente y futuro de RTVE

¿Qué reflexión puede hacer de los recortes que se estan planteando y se han realizado en la parrilla de el grupo RTVE?
Hemos convocado para el próximo jueves en la Academia un debate titulado 'La televisión pública en el nuevo escenario: opciones de futuro'. Elevaremos sus conclusiones al Gobierno, según hemos acordado con la Secretaria de Estado de Comunicación. Creo que en España, y en Europa, disfrutamos de la convivencia entre televisiones públicas y privadas, y ese equilibrio, aunque merezca reformas, no debe quebrarse, porque perderían los espectadores y, en definitiva, la ciudadanía.

¿Qué tipo de perfil cree que debe tener el presidente de RTVE?
Sería bueno que conociera el medio, para que no suceda lo que un director de TVE me comentó irónicamente hace años: "Conmigo, TVE cometió dos grandes injusticias. La primera, nombrarme, porque no sabía nada. Y al final, cesarme cuando ya había aprendido". Que ese aprendizaje no lo deba pagar ni el medio ni sus empleados.

¿En qué medida la mala situación de RTVE es culpa de las teles privadas?
Creo que la decisión del Gobierno de Zapatero de retirar la publicidad de TVE fue un error. Y, sobre todo, hacerlo sin gradualidad ninguna, poniendo en riesgo el modelo de financiación de la televisión pública. Ahora, en estos momentos de transición también en el mapa de la comunicación, estamos pagando aquel error estratégico.

No creo que sea culpa de las televisiones privadas, que defienden legítimamente sus intereses, y deseo que encontremos una vía de supervivencia digna de la televisión pública, sin llevarla a la irrelevancia que tiene en algunos países, como por ejemplo Estados Unidos.

¿Como se financia la Academia de la Televisión? ¿Considera que es un gasto necesario hoy en día?
La Academia no tiene subvención alguna. Vive, con dificultades, de la cuota de sus académicos, de la contribución de las televisiones integradas en ella, que son la inmensa mayoría, y de algún patrocinador sensible al trabajo que desarrolla.
Cada año se auditan sus cuentas y están a su disposición.

Periodismo, política y poder económico

¿Qué opinión le merecen las "ruedas de prensa" en las que los políticos no permiten la formulación de preguntas?
La posición de la Academia de Televisión es clara: si no hay preguntas, eso no es una rueda de prensa. Podrían avisar de que solo darán una declaración y les mandaríamos un mensajero a recogerla. Entiendo que los políticos quieran limitar el tiempo, y en Estados Unidos todos sabemos que el 'no comment' es el 'avui no toca' de Jordi Pujol. Pero eliminar las preguntas es liquidar el género rueda de prensa.

¿Piensa usted que estamos en un contínuo enfrentamiento entre diferentes opiniones de una misma noticia, olvidando la noticia en sí?
Creo que vivimos los tiempos de mayor atrincheramiento de medios de comunicación y a continuación de periodistas con opciones políticas. No creo que la objetividad exista en puridad, pero el alineamiento descarado es el origen de la pérdida de credibilidad del periodismo en general y de algunos colegas muy especialmente.

¿Qué esperanza le queda a una prensa cada vez más cautiva de sus deudas -económicas y políticas-, con periodistas menos preparados, con enormes dificultades mercantiles...?
Dificultades hay muchas, pero la historia de los medios demuestra que cada vez que aparece uno nuevo se ofician funerales por el anterior. Se dio por liquidada la prensa cuando llegó la radio. A la radio, con la televisión. Y a la televisión, con Internet. Creo que sobrevivirán todos, solo que redimensionados. España tiene 123 periódicos diarios, y Francia, 95, con 15 millones de habitantes más. Sostiene José Miguel Contreras, consejero delegado de La Sexta, que igual que había burbuja inmobiliaria, hay burbuja mediática.

¿Qué ha fallado para que cierre un diario "tan necesario" como 'Público'?
Cuando un medio cierra hay una luz que se apaga. Desgraciadamente, creo que 'Público' tuvo un nacimiento demasiado coyuntural y, además de la crisis, esa coyuntura ha cambiado.

¿Los medios publicos de informacion deben ser imparciales o en alguna medida reflejan la directiva del partido gobernante?
Los medios públicos deben ser imparciales y batallar por intentarlo al menos. Creo sinceramente que en los últimos años TVE ha hecho un esfuerzo en esa dirección que, como todo, es opinable. Pero que cada cambio de Gobierno suponga un realineamiento editorial de las televisiones públicas es un empobrecimiento del concepto de servicio público y una merma de opciones para la ciudadanía.

¿Cuánto voto puede cambiar un debate político? ¿Por que es tan difícil que los políticos españoles acepten los debates en la tele?
Se considera que una campaña electoral puede mover en torno a un 20 por ciento del voto como máximo. Y un debate, que es su punto culminante, una proporción apreciable. Pero, sobre todo, un debate mueve a la participación. Incluso en aquellas formaciones que no participan en él, porque dinamiza la campaña. Y tiene otros efectos, como por ejemplo la consolidación del liderazgo.

A Rajoy, especialmente, y a Rubalcaba debemos agradecerles que hayan protagonizado un debate inmediatamente después de otras elecciones con debate, sin que se abriera un periodo de vacío como sucedió entre 1993 y 2008, cuando Aznar no aceptó el debate ni en el 96, que aún estaba en la oposición, ni en el 2000, cuando gobernaba. Y alguien le recomendó a Rajoy no aceptarlo en 2004, un error como el propio Rajoy reconoció después en Radio Nacional de España.

Ramón Campos: "No es lógico que se de la espalda a series como Águila Roja y se apoye el cine que no llega al público"

La web especializada Vayatele ha tenido la oportunidad de entrevistar a Ramón Campos, uno de los guionistas y productores de Bambú Producciones. La compañía se ha consolidado como una de las más importantes en el sector audiovisual gracias a series como 'Gra Reserva', 'Desaparecida' o 'Gran Hotel'.
En sus declaraciones, Ramón Campos se ha referido a la posibilidad de que algunas ficciones de TVE abandonen la pública y caigan en manos de las privadas.

Según se ha comentado, TVE podría prescindir de algunas de sus series hasta 2013 como medida de ahorro, ¿afectará a ‘Gran Reserva’? ¿se sabe cuándo se emitirán los nuevos episodios aproximadamente?
Pues no tenemos notificación oficial de la fecha de estreno pero tampoco estamos preocupados ya que el mes natural para comenzar las emisiones de Gran Reserva todos los años es el mes de Marzo. En lo referido a lo que está sucediendo en TVE tengo una visión muy optimista y estoy convencido de que se terminará resolviendo. Sería la primera vez que una industria que funciona, que llega a la gente, se va a pique.

No sería lógico que el estado apoye y ayude a películas de cine que no consiguen llegar al público y de la espalda a series como ‘Águila Roja’ o ‘Cuéntame’ que reúnen cada semana a 5 y 6 millones de espectadores. Me parece que se deben buscar, y sé que se está haciendo, fórmulas para que TVE pueda seguir ofreciendo al público los productos que demandan.

Si Televisión Española no diese continuidad a la serie, ¿podría continuar de alguna manera en otro canal?
Todas las series de TVE tienen una claúsula en su contrato por la cual si tras la emisión de un determinado número de capítulos no se recibe notificación de la renovación la serie puede ser ofrecida a otros canales previo pago de una cantidad de dinero.

 
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